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viernes, 9 de julio de 2021

Tont@ pero no tanto...

Nadie está libre de decir estupideces, lo malo es decirlas con énfasis... creértelas y pensar que los demás tenemos que tragárnoslas...

A menudo atribuimos nuestros infortunios a las conspiraciones y maquinaciones de gente que nos rodea...

Creo que subestimamos la estupidez...

Aquí os dejo la versión depurada del famoso y mítico panfleto  "Alegro ma non troppo" por Carlo M. Cipolla.

Cinco son las leyes fundamentales de la estupidez humana... 

1 La primera de ellas es que «siempre e inevitablemente cada uno de nosotros subestima el número de individuos estúpidos que circulan por el mundo», es decir, que como reza la frase bíblica, stultorum infinitus est numerus. Grande es nuestra sorpresa cuando caemos en la cuenta de que personas que habíamos considerado racionales e inteligentes se revelan como irremediablemente estúpidas.

2 La segunda ley reza: «La probabilidad de que una persona determinada sea estúpida es independiente de cualquier otra característica de la misma persona». El estúpido nace estúpido, por obra y gracia de la Naturaleza, y su proporción es constante en todo grupo humano.

3 Todo ser humano queda enclavado en una de estas cuatro categorías: incautos, inteligentes, malvados y estúpidos. La tercera ley dice que estos últimos son aquellos que causan «un daño a otra persona o grupo de personas sin obtener, al mismo tiempo, un provecho para sí, incluso obteniendo un perjuicio», algo absolutamente incomprensible para alguien razonable que se resiste a entender cómo puede existir la estupidez.

4 Lo problemático es que la estupidez es muy peligrosa, puesto que a las personas razonables les es complicado entender el comportamiento estúpido. Mientras que podemos comprender el proceder de una persona malvada (que sigue un modelo de racionalidad), no ocurre así con la estúpida, frente a la que estamos completamente desarmados: su conducta es imprevisible y su ataque no se puede anticipar. Además, el estúpido no sabe que lo es. Esto conduce a Cipolla a enunciar la cuarta ley: «Las personas no estúpidas subestiman siempre el potencial nocivo de las personas estúpidas».

5 La quinta y última ley indica que «la persona estúpida es el tipo de persona más peligrosa que existe», pues de su actuar no se sigue una vacua nada, sino un peligroso vacío en el que cabe toda posibilidad.

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